sábado, 24 de octubre de 2009

Sentido adiós a María Paulina Ruiz
prensa PCC
Octubre 20-2009
Bogotá- La repentina muerte de la defensora de los presos y presas políticas y defensora de los derechos humanos y luchadora femenina de Colombia, María Paulina Ruiz, ocurrida el viernes 16 de octubre en San Antonio del Táchira, Venezuela, ha sido una sensible pérdida en la batalla por la solidaridad y el humanismo revolucionario.
Su ejemplo y su abnegada entrega a estos principios dejan grandes huellas y semillas en las organizaciones populares y revolucionarias colombianas. Sostiene Ana Elsa Rojas, compañera de luchas de María Paulina Ruiz que “estas semillas van a germinar y van a estar a la altura no solo de su memoria, sino, de las luchas por los cambios sociales, económicos y políticos que la patria demanda”.
En el acto de despedida a la compañera María Paulina Ruiz, realizado el lunes 19 de octubre en la Funeraria Los Olivos de la localidad Teusaquillo en Bogotá, estuvieron muchos de sus amigos y militantes del Partido Comunista Colombiano y el Polo Democrático Alternativo PDA, defensores de DD.HH., sindicalistas, líderes comunitarios y compañeras del movimiento femenino.
Publicamos a continuación dos importantes documentos elaborados como reconocimiento a esta valerosa mujer de la tierra colombiana.

Un bello escrito a María Paulina Ruiz

Por: Romano Splinter Hernández (Director de cine cubano)

Murió María carajo, No la María bonita (aunque hay muchas formas de ser bonita) pero Sí la María del alma, si la mujer solidaria que se arriesgaba en empresas que nadie sino ella harían, la María de los presos y de los pobres, la María que defendía y apoyaba a quienes no tenían otra opción que la injuria y la penuria de pagar su apego a las ideas de patria libre, de liberación y de rebeldía con la maldición del sistema. Esa María majadera que molestaba a veces con sus reclamos de ayuda para los detenidos, frente a la in diferencia de los más, de los que si podían y no querían molestarse. Digno ejemplo de valentía y desapego personal a las bondades del capital.
Murió María, la abogada ilustre de los que no tenían para pagarle sus servicios y su bondad, de los olvidados de siempre, murió como siempre en el combate, la peleadora frente a la indiferencia y el desapego de aquellos que hablan mucho y demasiado, pero que no hacen lo que ella hacía; con la bondad de un ángel y el vigor de una revolucionaria de verdad.
Dicen que murió de un virus, de una enfermedad súbita que la atacó sin avisar y murió al lado de su marido amenazado, a quién dejó pasmado de dolor por la repentina ausencia de un ser superior y digno de mejor suerte. Pero nada de eso es verdad, porque yo lo sé; ella murió de amor, SÍ DE AMOR, de fe en los hombres de buena voluntad, de los que se sacrifican por los demás sin pedir nada a cambio, de los que mueren en el surco, o en el monte defendiendo sus ideas frente a los helicópteros artillados de última generación de los marines, con una piedra en la mano.
Quizás mañana sepamos que no murió de enfermedad, sino que la mataron, que fue asesinada por la indolencia, por el miedo a decir una verdad, o pararse frente al traidor temblando de pasión e indignación frente a la mentira o la cobardía. Así era María, una mujer valiente y temida por un sistema que era hábil en manipulación y muerte.
Ayer estuve donde vivía María y quedé pasmado de ver la pobreza, no de su hogar porque lo perdió por su entrega a los demás, sino en casa de familiares que la acogieron amorosamente para apoyarla en su desdicha, y en su lucha. Pero nunca se quejó de sí misma y de su frustración como profesional de mérito, sus quejas iban dirigidas a la inconsciencia o a la fragilidad ideológica de quiénes renunciaren a su ideas para hacer dinero manchado de la sangre y el sudor de los trabajadores. Más bien ocultaba sus penurias con dignidad.
Y es por eso que HOY comprendí porqué se llamó María; como la santa que fue madre del señor, supe al fin que así se forjan los mártires, los ángeles, los rebeldes; de pura pasión y fuerza redentora.
Y aunque nuestra María no fue ángel, ni mártir, si fue rebelde, revolucionaria de conciencia y valiente mujer de pueblo, que estará siempre en el pensamiento y en la acción de los que la conocimos y aprendimos a valorarla. El mejor homenaje a nuestra María Paulina es tomar la bandera y seguir adelante, con su fuerza en la acometida, con su pasión de escudo y su palabra en el filo de la espada.

Un adiós solidario
Por: Ángel Cruz (Poeta colombiano)
Marchó el granado poeta hacia el exilio voluntario y
Asumió María la casa con todo su trabajo solidario
Revolución para ella fue más que una palabra…Estaba
Inscrita en su alma y fue “bandera” de su quehacer diario;
Amó a Cuba y ahora se ha ido a la gloria con los revolucionarios.


Piedad para ella si es que el cielo es socialista,
Allá se irá Paulina con su voz firme y, a paso de vencedores;
Unida a Martí, ¡Seguirá su lucha antiimperialista!...
Liberada ya de sí, seguiremos su ejemplo, en busca de tiempos mejores..
Infartó su corazón en la patria de Bolívar y me pregunto:
¿No es casualidad que allí se liberó de luchas y de penas?
Aquí el libertador dejó su corazón e ella en Bolivariana Venezuela.

Recibe, ¡oh, Plinio Bernal! Nuestras mutuas condolencias;
Úngele su cuerpo, con tus lágrimas de eterno amante…
Inmenso es nuestro abrazo solidario y perdona mi imprudencia:
¡Zapata ha vuelto, volverá Camilo, “El ché” y María Paulina con la resistencia!
Para finalizar invitamos a todos y todas a un acto cultural especial en honor a la memoria de la compañera María Paulina Ruiz el próximo sábado 24 de octubre a partir de las 5 de la tarde en la sede del Instituto Cultural León Tolstoi, calle 14 No. 3-86.

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