CRONICAS KENNEDIANAS

Cuando apenas era un joven bisoño, combatí al lado de la clase obrera en una de las jornadas más históricas que hoy conmemoramos su trigésimo aniversario: EL PARO CIVICO DE 1977.

Han pasado treinta años, y hoy es la primera vez que escribo estas crónicas kennedianas sobre el paro cívico de 1977, con el objeto de que sirvan a las nuevas y futuras generaciones como una guía para la acción popular: el combate callejero.

Es un tributo a los mas de treinta muertos, centenares de heridos, mas de siete mil detenidos en todo el país en aquella fecha; en esta oportunidad quiero expresar a ustedes una breve síntesis de esa importante fecha para el pueblo colombiano y en especial para los jóvenes que aquel salieron dispuestos a darle una lección al “mandato caro” de Alfonso López Michelsen.

Esa situación económica y social del Gobierno del llamado “pollo López”, en 1977, genero en los jóvenes y las masas populares un descontento, la oligarquía concentraba grandes ganancias cada vez mayores a base de unos salarios paupérrimos, el costo de vida estaba por las nubes, pero también había un ascenso de la clase obrera en respuesta a esta situación y los jóvenes agitábamos el combate callejero para exigir mejores condiciones de vida.

Ese año de 1977, se caracterizaba por registrar un avance de las luchas populares, veníamos como se dice hoy de un acumulado histórico de veinte años, esa efemérides tiene acontecimientos importantes que hoy debemos retomar con mas ahínco frente a este régimen paramilitar, para demostrar que la lucha callejera es la mejor herramienta para combatir el odio a los gobiernos oligárquicos que en toda esta vida Republicana han oprimido al pueblo.

Algunos en aquella época compararon el paro cívico de 1977 con la jornada Gaitanista del 9 de abril de 1948 y de verdad les quiero decir que en cuanto a organización el paro cívico de 1977, fue mas exitoso, pues su dirección correspondió a la clase obrera colombiana, recoge experiencias de la lucha urbana con una extraordinaria acción de masas en especial de la aguerrida juventud de esa década, la lucha barrial fue una nueva experiencia y fue uno de los elementos que aportaron a su preparación y agitación, por ejemplo la lucha por los servicios públicos, vivienda, contra las alzas de las tarifas y el impuesto de valorización.

En ciudad Kennedy por ejemplo estamos en el preinventario de una miseria cotidiana, que mas tarde hacia septiembre de 1979, se publicaría en un sencillo folleto como una guía de trabajo para el movimiento cívico comunal; esta localidad para esa época tenia cerca de 125 barrios y cerca de un millón de habitantes, pero la verdad es que Kennedy era un hormiguero que asustaba y asusta a la burguesía. Las reivindicaciones del Comité Cívico de la Zona Octava, fueron dos años antes, es decir en el paro cívico del 77 el verdadero estallido para que las masas salieran al combate callejero, por ejemplo el hospital, la universidad publica aun por conquistar, los problemas del transporte, el polideportivo, los servicios públicos, la legalización de las urbanizaciones piratas, el trabajo cultural, la biblioteca y la ampliación del bachillerato nocturno y la primaria.

Bueno, pero me imagino que ustedes querrán saber mejor cuál fue el papel que realizamos los jóvenes en esa día: Primero que todo veníamos de hacer un trabajo intenso de propaganda y agitación del paro, luego en su víspera estábamos en toda la parte logística de los sitios neurálgicos y desde luego ubicando donde iba a realizarse la migueleada, donde ubicar posibles barricadas, salidas y entradas en caso de cerramientos de la policía o el ejercito, es decir todos los preparativos que conllevaba el paro en los barrios. Desde luego que hay que decirlo con toda autoridad que para esa el Partido Comunista, la Unión Nacional de Oposición, la Unión Revolucionaria Socialista, los Sectores Unitarios de la Alianza Nacional Popular y del Movimiento Independiente Liberal, el Partido Social Demócrata Cristiano y el Movimiento Cristianos por el Socialismo, jugaron un papel de dirección política muy importante.

Algo que recuerdo es que salimos muy temprano a la madrugada del día 14 de septiembre, cada uno a cumplir su tarea; para esa época yo vivía en las casas que quedan frente a Carulla y nuestra tarea era bloquear esa calle desde las Américas hasta la Primera de Mayo. Efectivamente la tarea se cumplió y en las primeras horas de la mañana el combate se prendió. La policía tuvo que replegarse, pero inmediatamente llegó el ejército; habían algunos jóvenes de la Universidad Nacional que vivían en la Super 7 y fueron ellos los que le pusieron el pecho a la pelea. Era un combate desigual pero las amas de casa, los vecinos y todo mundo salió a reforzar la pelea; caían gases lacrimógenos, sonaban tiros pero la gente resistía, los comentarios o noticias que llegaban eran que el paro apenas comenzaba.

Desde luego que el ejército temporalmente nos hizo replegar, recuerdo perfectamente que una de las cosas que se nos había orientado era movernos audazmente hacia otros sectores para evitar ser capturados; por eso, nos desplazamos con un grupo hacia el Barrio La Estrada pues allí la pelea era muy importante y las masas estaban realizando una verdadera batalla popular. Fue poco el tiempo que estuvimos allí, volvimos por la avenida 68 hacia Kennedy que ya se había convertido en un fortín del paro; los estudiantes en especial del INEM dieron su ejemplo de valentía y colocaron su cuota de sangre con el asesinato a manos de las fuerzas represivas del estudiante JORGE ARÉVALO. Estuvimos combatiendo hasta aproximadamente las cinco de la tarde, luego se nos orientó que debíamos salir hacia la Primera de Mayo con 68 a bloquear el tren que salía hacia Soacha. Un grueso grupo de jóvenes salimos a reforzar esa tarea que se cumplió a sangre y fuego pues el ejército disparaba indiscriminadamente el Comandante del Ejército Camacho Leyva y el Alcalde de la ciudad Bernardo Gaitán Mahecha, orden de disparar contra las masas.

Luego vino lo trágico y espero que lo aprendan, pues el enemigo nos sorprendió encerrando todo ese sector. No había salida, uno a uno nos subieron a camiones del ejército a punta de fusil y bolillo; era mucha gente, tanto así que las masas se botaban en el trayecto a tratar de liberarnos. Algunos audazmente saltaron llegando al Claret pues inicialmente nos llevaron a un sitio que hay allí de la policía pero no había cupo, las estaciones, comisarías, e incluso sitios públicos ya rebosaban de detenidos. Vino luego la preocupación, nos pasearon por todo Bogotá y finalmente nos llevaron al Coliseo Cubierto El Campín que era un hervidero de detenidos. Allí fue muy duro pues seguían en ese encierro lanzando gases que ocasionaron que muchos compañeros perdieran el conocimiento.

Después de tres días la presión popular logró que conquistáramos nuevamente la libertad. A pesar de toda la represión y el Decreto 2004 que dictó el gobierno del mandato Caro que fijaba penas de cárcel de treinta a ciento ochenta días contra quienes agitaran o promocionaran de alguna manera el paro. Nunca se me olvida que el Presidente Alfonso López Michelsen salió por los canales de televisión mostrando “los miguelitos”.



ULDARICO FLÓREZ PEÑA

2008